Buenos Aires

Oracio Holiveira nos envía esta información de su viaje por Argentina y por La Patagonia Argentina y Chilena.

Martes 28-12-04. BUENOS AIRES

Llegamos temprano por la mañana, tras muchas horas de vuelo que comenzamos el día anterior en Bilbao, al Aeropuerto Internacional de Buenos Aires (Ezeiza para los amigos), situado a 35 km. al suroeste de la capital.
Habíamos reservado un albergue en el centro. Hasta allí fuimos en el autobús de Tienda León, que te deja en su estación en el Retiro, pero que incluye en el precio la extensión en taxi hasta tu hotel o albergue. Puestos a hacer cuentas, para 2 personas, coger un remis de la misma compañía sale sólo un poco más caro y es bastante más cómodo. En la estación de autobuses había gente proponiendo alojamiento, tanto en hoteles como en albergues.
Al llegar al albergue Portal del Sur, www.portaldelsurba.com.ar , 24 pesos (6 €) por persona desayuno incluido, nos informan de que hay una planta para chicos y otra para chicas, al menos para las habitaciones compartidas. En fin, solo es una noche...
El albergue está muy cerca del famoso café Tortoni. Nos fuimos allí a tomarnos un merecido almuerzo. El bar es una pasada por dentro, todo decorado de época, con muy buen gusto. Tras el desayuno, comenzamos a recorrenos las calles de la ciudad. La Avenida de Mayo, desde la Casa Rosa al Palacio de Congresos, la calle Florida, completamente llena de gente comprando (¿quién dijo que había crisis en Argentina?),


la avenida Corrientes, llena de tentadoras librerías "de viejo". Seguimos caminando hasta llegar a Recoleta y visitamos su cementerio. Indescriptible pasearse entre los mausoleos, que parecen verdaderos edificios habitables. Parece que estas recorriendo una ciudad en miniatura. Justo al lado esta la Basílica de N.S del Pilar. Vale la pena entrar, aunque sea 
solamente por la vista que hay sobre los tejados de los mausoleos del cementerio, desde algunas de sus ventanas.Seguimos caminando, hasta llegar a la plaza Cortázar, en el barrio de Palermo, y nos tomamos nuestras primeras cervezas en esta simpática plaza, a la que volveríamos a menudo 20 días más tarde, cuando elegimos para dormir este barrio. Vimos un par de casas con habitaciones, que aparecían en la Rough Guide. Nos gustó sobre todo una de ellas.Más detalles al final del relato.

Al anochecer, ya cansados, mirando el plano nos dimos cuenta que habíamos caminado bastantes kilómetros desde el Centro. 
Tocaba volver en el Subte (metro de Buenos Aires), pero antes paramos a cenar allí mismo en un restaurante cercano a la estación de Subte de la Plaza Italia. Primer encuentro con la carne argentina, buenísima, primer encuentro también con el 
vino tinto de Mendoza, extraordinario, y sobre todo, primer encuentro con los precios argentinos. Vamos, aquello nos pareció el Paraíso. 
Cogimos el Subte (o mejor, lo tomamos, en Argentina no digáis nunca coger) sobre las 11 de la noche. La guía decía también algo al respecto de las horas nocturnas en el metro, pero no nos pareció ver nada peligroso, a esa hora todavía viajaba mucha gente. Pequeño paseo por el Centro, para admirar sus calles de noche, y a descansar.
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